“No tiene madre”…esa frase le repetí tres veces después de ver en la computadora el gol de Lionel Messi el pasado miércoles en la Copa del Rey. Un “no mames” salió poco después para completar el arreglo vocal de frases groseras que mostraban mi más puro asombro. En mis adentros la reflexión se centraba en la siguiente oración: el cabrón sólo tiene 19 años.
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Cuando llegué a la casa y revisé los resultados pamboleros de ese día (donde por cierto el América pasó a la siguiente fase de la Libertadores, venciendo al ‘poderosísimo’ Nacional de Ecuador al son de 2-1) mi interés fue creciendo conforme veía los encabezados: “Ya llegó el Messi-as”, “Messi a lo Maradona”, “Messi hizo recordar el mejor gol de todos los tiempos”.
No lo dudé, busqué ver ese gol, pero YouTube estaba fuera de servicio, así que me dirigí a los portales de los diarios españoles, leí los ensalzadores encabezados y mi curiosidad fue en aumento, abrí la sección multimedia de As.com y por fin lo vi, y lo volví a ver, y así otra vez, hasta que ya había echado siete u ocho vistas a la misma jugada. Los regates, el dribleo y la velocidad sólo es comparable con aquella jugada del más grande: EL GOL (porque ese es el gol de todos los tiempos) de Diego Armando Maradona.
Lionel Messi emuló al Diego, sacó de la chistera una jugada de magia pura. 11 segundos bastaron para que el futbol quedara anonadado y reivindicado después de tanto sistema tedioso y estrategias somnolientas. Para los que gustamos de este deporte (millones en el mundo) Messi nos recordó que en el futbol, como todo en la vida, los esquemas, moldes y sistemas se pueden romper. Dar un chispazo para encender la emoción.
Ese chavo argentino de 19 años tiene todavía mucho por demostrar, tal vez no llegue a ser un Diego, pero ahora, por estos días, cada vez que platique de ese gol, iniciaré diciendo una típica oración que denota respeto: Messi no tiene madre.
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Cuando llegué a la casa y revisé los resultados pamboleros de ese día (donde por cierto el América pasó a la siguiente fase de la Libertadores, venciendo al ‘poderosísimo’ Nacional de Ecuador al son de 2-1) mi interés fue creciendo conforme veía los encabezados: “Ya llegó el Messi-as”, “Messi a lo Maradona”, “Messi hizo recordar el mejor gol de todos los tiempos”.
No lo dudé, busqué ver ese gol, pero YouTube estaba fuera de servicio, así que me dirigí a los portales de los diarios españoles, leí los ensalzadores encabezados y mi curiosidad fue en aumento, abrí la sección multimedia de As.com y por fin lo vi, y lo volví a ver, y así otra vez, hasta que ya había echado siete u ocho vistas a la misma jugada. Los regates, el dribleo y la velocidad sólo es comparable con aquella jugada del más grande: EL GOL (porque ese es el gol de todos los tiempos) de Diego Armando Maradona.
Lionel Messi emuló al Diego, sacó de la chistera una jugada de magia pura. 11 segundos bastaron para que el futbol quedara anonadado y reivindicado después de tanto sistema tedioso y estrategias somnolientas. Para los que gustamos de este deporte (millones en el mundo) Messi nos recordó que en el futbol, como todo en la vida, los esquemas, moldes y sistemas se pueden romper. Dar un chispazo para encender la emoción.
Ese chavo argentino de 19 años tiene todavía mucho por demostrar, tal vez no llegue a ser un Diego, pero ahora, por estos días, cada vez que platique de ese gol, iniciaré diciendo una típica oración que denota respeto: Messi no tiene madre.
1 comentario:
SI, LO VI, LA NETA SI FUE UN GOLAZOOO
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