viernes, 4 de mayo de 2007

Ahí va raza!!

Una amiga tiene el extraño prejuicio de que todos los americanistas somos medio “ñeros” (o tal vez “ñeros” completos) y un poco “naquitos”; así que apelando a ese convencional estereotipo, escribiré mi crónica del partido contra el Colo Colo usando un leguaje más o menos ad hoc mezclado con algunas frases domingueras.

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3:30 de la tarde, chaaaaaa, por errores de logística vamos retrasados para ir a ver al equipo más cabrón del planeta: psssss de quién otro te hablo papá, sino de las poderosísimas Águilas del América. El juego será a las 5:30 ahí en el Azteca; el rival es Colo Colo dizque el mero mero de Chile, pero puro chile se llevarán de suelo mexicano. Lo ideal era llegar tempra para agarrar buenos lugares, ahora con estos retrasos a ver hasta dónde canijos nos toca.

Ah chinga!, desde el metro Hidalgo se nota que se dejará caer toda la banda pambolera; puro amarillo en los vagones del metro. Esa idea de bajar los boletos a 50 varucos estuvo a toda madre porque la neta sí es un buen aliviane para la raza que no estamos dispuestos a pagar el doble para ver un equipo collón como la ha sido el América últimamente.

Pinche metro viene muy lento, ya ni porque según lo están reparando; ya ni pex, a tomar una micro hasta el estadio, pero no manches el tráfico está del nabo, ni modos a resignarnos a los asientos de hasta arriba. Son las 4:40, por fin ya llegamos. ¡No mancheeees! La fila para la taquilla está bien larga y los ogts de los revendedores ya acapararon los lugares de abajo. Nel, no voy a soltar 150 varos a uno de estos culeros. Chale, ya sólo quedan boletos generales, ni hablar como bien dice el Hugo Sánchez a puro “agua y ajo” (aguantarse y a joderse). Debemos dejar la mochila en algún puesto, así como las hebillas de cinturón no vayamos a agarrarnos a cinturonazos.

El Azteca luce imponente, va ser una buena entrada, lástima que abajo por la pinche reventa no se va a llenar; vienen muchas familias, eso da harto gusto ya que se debe recuperar el espíritu de que el futbol es un deporte familiar, un espectáculo para los ñores más rucos hasta los morros más chicos. Esta es la pachanga del americanismo, ni la lluvia ni el rival la pueden opacar.

Ay Santo Cuau!!!, despídete con algún título o si se puede con los dos, pos estaría bien chido que así te nos fueras al gabacho. Inicia el partido a ritmo amarillo. Los aguiluchos toman el esférico y lo pasean, parece que hoy no habrá rival. La raza está enojada con el gordo del Cabañas porque hizo una seña indecente el día anterior a varios compas. Esperamos que la agarre (sin albur, para empezarlo a joder), pero, ¡no manches!, pinche golazo que se acaba de mamar este güey, desde muy lejos del área se rifó un verdadero golazo ya no hay rencores güey. Ya metimos el primero, y la presión que ejerce a los ..inches chilenos es agobiante esto va acabar en madrina, y no de bautizo.

Ahí está el compa Alvin Mendoza, desborda como en el barrio, saca el centro precioso al corazón del área y la mete el Santiago Fernández, 2-0 papá!!, ahora quién es su rey, a toda esa bola de criticones aquí está su cuarismeño amarillo. Con este paso arrollador la goleada es inminente, una y otra llegada de los americanistas, pero chaaaa, ya se acabó el primer tiempo.

Está para tres goles más. El aguacero se suelta, ahora bendigo los asientos generales, así no nos mojamos nadita. El América domina las acciones y logra el tercer gol, esto ya es una fiesta, el “Cuervo” Rojas de cabecita se lo clavó a sus paisanos. ¡Vamos por más!, pero en la banca el Luis Fernando Tena no quiere arriesgar y no hará cambios. Los chilenos presionan, y San Memo Ochoa aparece. Así mi rey, tú sigue parando los tiros!!. Roja para el Davino, y ahora sí el pinche Tena hace cambios; entra Baloy el nuevo defensa del América y luego luego hace el conecte con la fanaticada, este güey pinta pa’ ídolo.

Ahora sólo defendemos, con muchos apuros, pero los tres golecitos son muy buenos para ir a Chile; pero ya ni pedo, no nos daremos el lujo de enviar al Socio Águila no vaya a ser la de malas. Acaba el partido, todos le llegamos retecontentos del estadio, pero hay que aguantar ya que la lluvia no para. Afuera todo está bien mojado, también mi mochila, ya ni hablar. Hay un buen de gente, se avanza bien lento, pero no hay queja, hoy ganaron las poderosas y eso es lo importante.

Hijole, el pinche tráfico estará cabrón…pero mejor de eso ya no habló, pinche indecisión, ¿verdad güey?

viernes, 20 de abril de 2007

No tiene madre

“No tiene madre”…esa frase le repetí tres veces después de ver en la computadora el gol de Lionel Messi el pasado miércoles en la Copa del Rey. Un “no mames” salió poco después para completar el arreglo vocal de frases groseras que mostraban mi más puro asombro. En mis adentros la reflexión se centraba en la siguiente oración: el cabrón sólo tiene 19 años.

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Cuando llegué a la casa y revisé los resultados pamboleros de ese día (donde por cierto el América pasó a la siguiente fase de la Libertadores, venciendo al ‘poderosísimo’ Nacional de Ecuador al son de 2-1) mi interés fue creciendo conforme veía los encabezados: “Ya llegó el Messi-as”, “Messi a lo Maradona”, “Messi hizo recordar el mejor gol de todos los tiempos”.

No lo dudé, busqué ver ese gol, pero YouTube estaba fuera de servicio, así que me dirigí a los portales de los diarios españoles, leí los ensalzadores encabezados y mi curiosidad fue en aumento, abrí la sección multimedia de As.com y por fin lo vi, y lo volví a ver, y así otra vez, hasta que ya había echado siete u ocho vistas a la misma jugada. Los regates, el dribleo y la velocidad sólo es comparable con aquella jugada del más grande: EL GOL (porque ese es el gol de todos los tiempos) de Diego Armando Maradona.

Lionel Messi emuló al Diego, sacó de la chistera una jugada de magia pura. 11 segundos bastaron para que el futbol quedara anonadado y reivindicado después de tanto sistema tedioso y estrategias somnolientas. Para los que gustamos de este deporte (millones en el mundo) Messi nos recordó que en el futbol, como todo en la vida, los esquemas, moldes y sistemas se pueden romper. Dar un chispazo para encender la emoción.

Ese chavo argentino de 19 años tiene todavía mucho por demostrar, tal vez no llegue a ser un Diego, pero ahora, por estos días, cada vez que platique de ese gol, iniciaré diciendo una típica oración que denota respeto: Messi no tiene madre.

miércoles, 11 de abril de 2007

El gol que no grité

Fue en ese instante cuando cerré el puño y lo apreté fuertemente, aprisionando así una palabra que debió ser escupida en un clamoroso grito: ¡¡GOL!!

A mi alrededor, aunque el marcador fue un empate, la victoria ya estaba cantada. La cara de todos los que eufóricos habían injuriado al equipo americanista cambió de golpe y un breve silencio acompañado de lamentaciones fueron la prueba de que, al menos en esta ocasión, los Pumas no ganarían, así es, no le ganarían al América.

Un juego en el que no pude gritar ni mentar madres, pero al menos quedé conforme por el resultado, bajo el incomparable ambiente del Olímpico Universitario y ante el rival que más nos odia siempre es bueno no perder.

Y tuvo que ser Germán Villa, después de Cuau el jugador más emblemático del equipo, el que sacara la cara. No ganamos, pero siempre callar al Olímpico y a la “Rebel” es ganancia pura. Gracias Villa por hacerme cerrar el puño y contenerme las ganas de gritar tu gol, de lo contrario hubiera sido signo de una derrota más…

PD. Gracias Lili por llevarme de a gorra.

domingo, 8 de abril de 2007

¿A dónde galopamos?


Tarde o temprano se volverá abrir este cielo que hoy aparece nublado. Porque a lo lejos espera un horizonte nuevo, brillante, cargado de renovadas aspiraciones y deseos de seguir avanzando.

A dónde caminar cuando todo parece tan lejano, tan aburrido. ¿Será que uno ha agotado sus energías tan pronto? O será acaso que la sentencia de no saber cerrar ciclos mantiene esta mente inmadura en vagas inexplicaciones.

Quién sabe. En lo que redescubro la meta trazada por este infinito universo para mí, tal vez por hoy, un rato más, debo de conformarme con caminar sin un propósito fijo, como un autómata, así, paso a pasito...